¿Qué es una adicción?


La adicción es una enfermedad primaria, crónica, con factores genéticos, psicosociales y ambientales que influyen en su desarrollo y manifestaciones. La enfermedad es frecuentemente progresiva y fatal. Está además caracterizada por dos episodios: descontrol sobre su uso, a pesar de las consecuencias adversas, y distorsiones del pensamiento. Existen por otra parte las adicciones psicológicas, caracterizadas por la compulsión y los hábitos de consumo y bautizadas con el nombre de adicciones de distracción.
Primaria se refiere a la naturaleza de la adicción como entidad patológica separada de otros estados pato-fisiológicos que pueden estar asociados. En definitiva, primaria se refiere a que la adicción no es un síntoma de otro proceso patológico subyacente.
Frecuentemente progresiva y fatal significa que la enfermedad persiste a lo largo del tiempo y que los cambios físicos, emocionales y sociales son frecuentemente acumulativos, progresando mientras el uso continúa. Dependiendo del tipo de adicción, ésta causa muerte prematura por medio de sobredosis y complicaciones orgánicas que involucran al cerebro, hígado, corazón y otros órganos. También contribuye a la ocurrencia de suicidios, homicidios, violencia, maltrato, abusos sexuales, accidentes y otros eventos traumáticos interpersonales y/o familiares.
Descontrol se refiere a la inhabilidad para limitar el uso. Dicho de otra manera, la duración del episodio de uso, la intensidad del uso y las consecuencias conductuales del mismo. Preocupación asociada con el uso se refiere a la inversión excesiva de atención hacia el uso, el sustrato del uso, los efectos del uso y las situaciones relacionadas con el mismo; lo cual significa una gran inversión de energía y tiempo en las actividades adictivas, traduciéndose en un relativo descuido de los intereses importantes de la vida diaria. Las consecuencias adversas son problemas relacionados con el uso que llevan a impedimentos en las áreas de salud física, funcionamiento psicológico, funcionamiento interpersonal y funcionamiento ocupacional; además de problemas legales, financieros y espirituales.
La negación es usada no sólo en el sentido psicoanalítico de un simple mecanismo de defensa que descalifica el significado de los eventos, sino más ampliamente en un rango de maniobras psicológicas diseñadas para reducir la conciencia del hecho de que el uso es la causa de los problemas del individuo, más que una solución a ellos. La negación se convierte en una parte integral de la enfermedad y un obstáculo importante para la recuperación.
Las adicciones psicológicas o compulsiones denominadas adicciones de distracción tienen una carga emotiva muy fuerte, manifestándose fobias y ansiedades de estas costumbres o hábitos fuera de control. El individuo termina por enfermarse. En mis años de trabajo con adictos he encontrado adicciones tan “extrañas” como el de una embarazada que en cada gestación tenía una “manía” o compulsión. Durante su último embarazo mascaba hasta 30 chicles al día y luego se los tragaba. Esto la obligó a ser atendida en la sala de emergencias de un hospital en donde tuvo que ser operada por el exceso de goma de mascar en sus intestinos.
Otro tipo de adicción que estoy tratando es la llamada adicción cibernética o epidemia del siglo XXI: adicción a los celulares y mensajería o texting. Sin duda alguna, se trata de adicciones muy diferentes a otras, como por ejemplo el alcoholismo y la ludopatía (adicción al juego). He visto el caso de una madre que sufrió un ataque de pánico al quedarse su teléfono móvil sin batería. Es como si el teléfono fuera una extensión más de su cuerpo. De hecho, la mujer dependía totalmente de éste para sentirse segura y bajo control. Sin el móvil no podía vivir. Dormía, comía y se bañaba con él (Para ello compró un teléfono celular resistente al agua en Asia). La cibernética en exceso como la de los videojuegos también puede convertirse en una gran adicción. Basta el ejemplo de un adolescente latino de 15 años de edad que llegó al consultorio porque lo habían expulsado de la escuela como resultado de sus constantes ausencias. Tenía problemas con sus padres y únicamente interactuaba con sus “ciber-amigos”. Pasaba hasta 16 horas en la Internet jugando a un videojuego parecido a “Avatar”. “Cambiaba de nombre en cada batalla ganada e iniciaba otra utilizando un pseudónimo, llegando hasta el punto de olvidarse de cuál era su propio nombre”.
Absolutamente todas las adicciones, las adicciones químicas relacionadas con la droga y el alcohol; y las adicciones de distracción relacionadas con la comida, el juego, el sexo, la cibernética y sus derivados, nos traen problemas en el desarrollo emocional. Toda compulsión es una adicción y toda obsesión es una adicción fuera de control, que necesita ser atendida por un profesional especializado. tendida por un profesional especializado. profesional especializado.
Esta información fue obtenida gracias al: El Dr. Mauricio Cerpas 


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